Último mensaje de Javier Acosta, el colombiano que se negó a ser amputado y prefirió morir

Javier Acosta contó que el dolor es insoportable al grado que le aumentaron la dosis de morfina para aliviar el sufrimiento

Último mensaje de Javier Acosta, el colombiano que se negó a ser amputado y prefirió morir

Javier Acosta, hincha del equipo de fútbol Millonarios de Bogotá, conmocionó al mundo tras decidir poner fin a su vida mediante la eutanasia.

Su muerte se registró este viernes 30 de agosto de 2024 a las 12 del mediodía.

Acosta, quien enfrentó un duro proceso debido a un hongo, se despidió diciendo: “Me voy en paz. Disfruten cada instante, con sus amigos, con sus parceros, no esperen a que maten a un amigo para que le digan: ‘Loco, lo quiero’”, no esperen a que maten a un parcero, a un barra para llevarle flores a casa”.

Un testimonio de lucha y dolor
El caso de Acosta, de 36 años, ganó notoriedad por su valiente testimonio. En él, compartió los detalles del doloroso camino que recorrió tras adquirir un hongo resistente que lo llevó a tomar esta decisión.

El caso del colombiano se ha visto envuelto en la polémica ya que él afirma que contrajo una bacteria en una piscina, una versión que ha desmentido el gobierno de Colombia a través de la Secretaría de Salud, que sostiene que su mal es a causa del hongo Candida auris y que es incorrecto asegurar que adquirió la enfermedad terminal en una piscina.

“Hace cinco años tuve un viaje a Melgar. Entré a una piscina y, lastimosamente, obtuve una bacteria en el glúteo izquierdo que me llegó al hueso. Eso es un hermanito del cáncer llamado osteomielitis”, ha relatado el colombiano, quien tras la infección inicialf fue operado y sometido a un injerto de piel.

Sin embargo, la situación empeoró cuando el hongo se trasladó a su pie derecho, causando complicaciones severas y episodios de fiebre.

“El dos de agosto acudí al hospital, se me comenzaron a hacer varias heridas en mi glúteo. La bacteria que tengo ahora es Candida auris, un tipo de hongo que puede provocar una infección grave, y desde ahí empezó toda la tortura”, explicó Acosta.

El hongo, conocido por ser resistente a múltiples tratamientos, se había apoderado de sus huesos.

La decisión de la eutanasia
Los médicos le advirtieron que, de no funcionar los tratamientos, tendrían que comenzar a amputar su pierna derecha y, posiblemente, otras partes del cuerpo afectadas. “Eso no es vida para nadie”, declaró Acosta, explicando cómo llegó a la determinación de optar por la eutanasia. Después de pensar detenidamente durante 15 días, cumplió con todos los requisitos, incluido el estar lúcido y no soportar el dolor, para lo cual utilizaba morfina.

Una despedida emotiva
En sus últimas declaraciones, Acosta mencionó que su decisión se vio fortalecida por el apoyo y amor de su madre y su hija. “Mi hija me dijo que me prefiere con Dios que viéndome sufrir”, contó conmovido. Este respaldo le dio el valor necesario para tomar la decisión final de decir adiós a su sufrimiento.

El caso de Javier Acosta resalta la compleja realidad de quienes enfrentan enfermedades devastadoras y optan por la eutanasia como un medio para poner fin a su dolor, abriendo un debate sobre los derechos de los pacientes y la calidad de vida.

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